Tu voz me mata lentamente, tu mirada me hipnotiza y no me suelta, tu respiración acelera mi corazón y lo estruja poco a poco. ME ENFERMAS. Nunca podré decir quién eres, sabes? eres diferente a todas las personas que conozco, no serás público, siempre contarás conmigo. Siempre te veo en mis sueños, en mis pensamientos, en mis dibujos, en mis tareas, en mi cámara; sin embargo, no veo un futuro estable entre nosotros. Me encanta cuando sonríes, cuando me miras, cuando me tocas y se me eriza la piel, me excitas, es un orgasmo inexplicable, quiero verte ya!. Siempre quise que vinieras uno de estos días en la madrugada y nos escapáramos a un lugar solitario, y y y...
No aguanto esto, es muy duro, cruel y feo. Esto nunca pasará, ya que esto es mas que un solo y puto sueño, mas no puedo alejarme de ti ya que tú me has enseñado a conocer el dulce sentimiento de este amor que jamás lo conocía, me has dado todo de ti con ternura, paciencia y abnegación y lo que es más, con mucho amor.
Discúlpame si algún día te hice daño, o si te ignoré. ¡No te preocupes! yo estoy bien, razón por la cual me decías esas frases que aún cuando las recuerdo me hacen sentir vivo y al mismo tiempo totalmente ingenuo.
No, no te disculpes! Fui yo quien no supe navegar ese dulce mar de contradicciones que hay en tu cabeza para lograr desnudar tu alma, fui yo quien no logró enamorarte como quería hacerlo, fui yo quien se dejó convencer y engañar cuantas veces quisiste hacerlo...pero no te escribo para hablarte de mi, te escribo para decirte que cada día que pasa mi corazón tiende a hacerse a si mismo un sinfín de preguntas capciosas con el propósito de no conseguir respuestas contrarias a lo que desea escuchar, con el fin de disipar un poco las dudas y engañarse por un instante.
¿Cómo explicarte que estoy solo y que llegué tarde a tu encuentro?
Si tienes las respuestas, por favor, ¡dímelas! Estoy desesperado, esto que siento me está calcinando por dentro y el dolor que me atormenta, cada día que pasa, se hace más y más profundo.
Tu ausencia es un martirio y te confieso que te extraño. He revivido cada momento con el recuerdo de nuestras experiencias y no puedes imaginarte las innumerables formas en las que te he soñado. Deseo tanto tenerte, abrazarte y cubrirte con el manto de la noche cada rincón de tu cuerpo y yo junto a ti. He deseado tomar tus manos como en aquella tarde y ahora quisiera saber si me recuerdas. Te confieso, que he tenido miedo, tu silencio me ha hecho pensar que me olvidaste. Mi corazón solo anhela que me permitas hacerte feliz en el anonimato, de vivir un amor que nada exige, de ser ése alguien que quiere amarte, porque éste amor lo llevo en el alma, en el cuerpo, en el pensamiento, eres la voz de la poesía, de mi conciencia, de mi ser, pues devolviste a mi triste existir esas inmensas ganas de vivir.
Espero que algún día me dijeras todo esto, recuerda que TE AMO y nunca, pero nunca te dejaré ir.